Qué Tim Burton ni qué nada. La estética gótica actual nace tras la primera guerra mundial.
La primera obra del expresionismo alemán: la película se centra en proponer trazos abstractos para que el espectador le confiera un sentido, con una escenografía torcida y extremadamente trabajada para poder otorgar en el trama mismo una idea surrealista del panorama, además del maquillaje de los actores, que otorgan al rostro de los personajes una imagen fantasmagórica. Elementos que quedaron como referente estético para el futuro, no solo en el ámbito cinematográfico, sino también en la contracultura.
¿Qué nos puede mostrar una obra de 100 años?: por un lado, las sólidas bases en las que el cine se estableció hace más de un siglo, y que fueron ampliamente pulidas con cada nueva obra. Pero también como la idea del terror cambia y se enmarca según la época. Si bien a nuestros ojos el film puede no ser tenebroso cómo lo fue otrora, sin duda tenía referencias a varios detalles literarios ligados a los clásicos del terror, como podría ser Poe o Stroker o Bierce, por mencionar algunos.
Trabajo de restauración: A diferencia de sus proyecciones originales, que acompañaban el cine mudo con una orquesta, las representaciones contemporáneas del Doctor Caligari contiene una banda sonora que no es de su época, pero que no deja ningún mal sabor, acompañando eficazmente el sentimiento del film con una banda sonora de jazz.
Un ritmo diferente: el cine mudo es más difícil de digerir en nuestra época, requiere un esfuerzo mayor, exige dejar volar la imaginación del espectador para completar las escenas sin diálogo que se dejan ambiguas, pues que no tienen consigo un cuadro explícito de lo que se manifiesta. Además es necesario aclimatarse a un ritmo lento, poco usual en el acelerado cine del 2020.
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